El grupo esta formado por chicos y chicas provenientes de Francia, Irlanda y España y por el momento, la sintonía ha sido absoluta. Tanto que cualquiera que estos días pase por la misión que las monjas del IBVM tienen aquí quedaría asombrado al ver esta mezcla de lenguas, pues hay que recordar que a los tres idiomas europeos, se suma el ‘árabe, idioma oficial marroquí y del que cada día tenemos clases con el objetivo de conocer al menos las expresiones mías básicas y poder así hablar con los lugareños.
Y son solo dos días, pero bien pudieran parecer semanas porque han sido muy intensos. El lunes llegamos cansados, después de toda la noche en autobús y el viaje de avión así que decidimos tomarnos la tarde libre y acercarnos a la playa a disfrutar de la arena Blanca y las aguas del Atlántico. Fue sin duda lo que todos _jóvenes, monitores y acompañantes necesitábamos/ para empezar la semana con energía.
Y ya ayer mismo comenzamos lo que va a ser nuestra rutina habitual. Por las mañanas, después de la oración y el desayuno, nos dividimos en dos grupos. Uno de ellos se queda en casa para encargarse de la limpieza, ir al Mercado y, sobre todo, hacer la comida! Mientras, el otro se acerca hasta una de las zonas mías deprimidas del pueblo, donde ayudamos a las familias que mías lo necesitan a pintar y hacer algunos pequemos arreglos en sus casas.
Por la tarde, de momento, hemos disfrutado de una maravillosa visita a la Medina de la ciudad, lo que vendría a ser el casco histórico. Una preciosidad que, sin duda, recomendamos a todo el que vaya a pasar por estos lares.
Pero, como ya sabréis, Marruecos es un pais de enormes contrastes, y también hemos tenido tiempo de acercarnos a las zonas mías empobrecidas, intentando charlar con los vecinos para comprender y conocer mejor sus problemas.
Sin duda, la experiencias esta dando mucho de si, lo que ha quedado patente cada noche en los Círculos Magis, pero eso ya os iremos hablando mas adelante.
De momento, os dejamos unas fotos.
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